QUIÉN DICE QUÉ A QUÍEN.
Es una muestra-ensayo en donde reflexiono acerca de la cibernética como sistemas de control social y la propaganda política como formadora de opinión pública.
Es una línea imaginaría que voy tensando entre el Golden Record o cápsula del tiempo de 1977, las Conferencias Macy y los modelos fascista de propaganda. El Golden Record consistió en un disco de oro con información en forma de imágenes, sonidos y música, que se lanzó a espacio y que de modo sintético describirían nuestra civilización a otras posibles civilizaciones extraterrestres.
La Nasa decide que en ese disco no se incluyeran imágenes ni datos que remitieran a la guerra, ni a la pobreza, como así tampoco se exhibirían cuerpos humanos desnudos.
Las Conferencias Macy (1943 a 1956) fueron encuentros anuales interdisciplinarios que tuvieron lugar en Nueva York, entre físicos, ingenieros, psicólogos, lógicos, matemáticos, antropólogos, militares, para resolver problemas referentes a la guerra: la predicción de los movimientos de las bombarderos enemigos fue el comienzo de un desarrollo científico y tecnológico sin precedente en la relación hombre-máquina. Estos estudios sobre la conducta humana y la tecnología de los sistemas de la comunicación, darán origen pues a la Cibernética y la formalización de la Teoría de la Comunicación.
“Internet sería como una transformación nomádica de la estratégia militar. Los militares estadounidenses querían un dispositivo que preservara la estructura de mando en caso de un ataque nuclear. La respuesta consistió en una red electrónica capaz de redirigir automáticamente la información incluso si la totalidad de los vínculos eran destruidos, permitiendo así a las autoridades sobrevivientes permanecer en comunicación y tomar decisiones.”
PER ASPERA AD ASTRA
¿Cómo es el mundo que vivimos? ¿Cuáles son las notas distintivas de este tiempo nuestro? ¿Qué afectos y efectos se movilizan en el día a día de la experiencia cotidiana? ¿Cómo participan distintas tecnologías en el gobierno insidioso de nuestros cuerpos y subjetividades? Estas son algunas de las cuestiones urgentes que Adriana Bustos aborda en “ Quién dice qué a quién”
En esta producción, la artista argentina retoma algunas de las preocupaciones que latían en trabajos anteriores como los devastadores efectos de verdad del colonialismo moderno y el narcocapitalismo actual en América Latina. Pero, a diferencia de esas obras, ahora nos propone indagar acerca de la participación del pensamiento científico en los modos de producción del sometimiento y el sufrimiento.
Por medio de dibujos de grandes dimensiones, la mayoría en blanco y negro, Bustos nos propone una deriva personal por nociones, frases, imágenes, que citan y esclarecen una suerte de epistemología policial que organizaría los sueños y pesadillas de una razón preocupada por el orden y su mantenimiento. En esas láminas confluyen varias tradiciones iconográficas de la Modernidad. En ellas reconocemos la práctica de viajeros (post)coloniales que dibujaban en sus cuadernos las formas extrañas que llamaban su atención. Vemos a un boxeador luchar contra un robot, fragmentos de publicidades relacionadas con los automóviles utilizados por la última dictadura argentina para el secuestro de personas, el retrato de la familia aria propuesto por el nazismo, espías, aviones de guerra, experimentos con monos, métodos de entrenamiento de palomas para que detonen bombas, formas de medición de los cuerpos, y más.
Esas imágenes traen a nuestra memoria las viejas láminas escolares que ilustraban diferentes temas y resultaban un gran apoyo para la labor docente. Como esos recursos didácticos, cada lámina posee un título: “Binary digit. Bomb the bomber”; “Casus Belli. El silencio es salud”; “Let me show you how democracy works”; “NASA”. Ellas nos explican algunos principios de la eugenesia, el hipnotismo, el behaviorismo, y especialmente de la cibernética junto con los retratos de los científicos más relevantes: Shannon, Lasswell, Bateson, Wiener, Skinner, von Neumann. También, por momentos, los dibujos remiten a las notas y apuntes que tomamos en clase o al leer un libro. De modo aparentemente caótico y con voluntarios lapsus ortográficos, Bustos nos presenta definiciones, teorías, hipótesis y hasta una línea del tiempo que conecta al papa Gregorio XV con Goebbels y otros genocidas.
Estas referencias aparecen nuevamente en una de la instalación de la muestra donde se presentan libros prohibidos por la última dictadura argentina y por el papado. Así conviven en un mismo universo de abyectos “Los miserables”, “Madame Bovary”, “Operación Masacre”, “Las venas abiertas de América Latina” y muchos más.
Más allá de las reminiscencias señaladas, y en consonancia con su interés por la participación de la ciencia en la producción del malestar, la artista retoma explícitamente al Golden Record. Este disco de oro fue diseñado por Carl Sagan para las misiones Voyager y contiene informaciones consideradas relevantes para dar cuenta a civilizaciones alienígenas del tipo de vida que se daba(ba) en el planeta Tierra. Las láminas se presentan también como cápsulas del tiempo que encierran un conocimiento elemental para saber quiénes somos y dónde estamos. Pero, frente al mensaje optimista de los científicos, Bustos, presenta para quienes quieran verlo la corrosión de las instituciones y relaciones fundadas en el liberalismo decimonónico. Esa cita al disco de la NASA reaparece en otra instalación que reúne tantas imágenes como las que lleva en su vientre el Voyager. Cada figura, perfectamente alineada, está acompañada de una letra de oro para formar un enunciado que reclama nuestra lectura activa.
Adriana Bustos construye un arte guerrero que se opone y lucha cuerpo a cuerpo contra el pensamiento policial, las fuerzas represivas del entramado científico-militar-eclesiástico, los mass media y contra todo intento de control del principio de incertidumbre. Sus dibujos, instalaciones y pinturas nos alertan sobre el proyecto de racionalización ilimitada y nos propone sospechar del presente, cultivar el desorden, defender lo aleatorio, desconfiar del hedonismo, practicar la deriva del pensamiento y advertir que no somos máquinas.
©Gustavo Blazquez
Doctor en Antropología Social por la Universidad Federal de Rio de Janeiro, actualmente es Profesor Titular de Problemática de la Producción Artística en la Facultad de Filosofía y Humanidades, y Coordinador Académico del Posgrado en Gestión Cultural de la Universidad Nacional de Córdoba.
Buenos Aires, noviembre 2011